En la región de los Andes Centrales florecieron, a lo largo de 2000 años, numerosas
sociedades indígenas unificadas en el siglo XV por los
incas. El imperio incaico era inmenso. Se extendía desde el sur de
Colombia hasta la región de las actuales ciudades de Santiago de Chile y Mendoza y, en sentido este - oeste, desde la selva amazónica hasta la costa del Pacifico. A pesar de su enorme superficie, se encontraba muy bien comunicado por 10 000 Km de caminos. El imperio incaico reunía bajo una
administración y una
lengua común, el quechua, a varios millones de personas que pertenecían a diferentes pueblos. La
capital del imperio se estableció en la ciudad de Cuzco, donde residían el rey y los funcionarios. Desde allí, los funcionarios planificaban la
construcción de puentes y caminos para facilitar las
comunicaciones, controlaban
el trabajo de los pueblos sometidos en las tierras y las minas, decidían la realización de obras de riego para aumentar el área cultivable y dirigían la
guerra.
Machu Picchu era el centro sagrado y fortaleza de los incas. Situado en una elevación, cien escaleras de tres mil peldaños permitan llegar a él. Hoy se ha transformado en un centro de atracción de aventureros, turistas y místicos.
Los incas se hallaban establecidos en la región del valle de Cuzco, en el actual Perú. Alrededor del año 1200 iniciaron los primeros intentos de expansión sobre otros pueblos. Este
proceso se aceleró durante el siglo XV. Algunos pueblos fueron derrotados; otros, en
cambio, se aliaron con los agresores.
De este modo, a partir de distintas campañas militares y alianzas, los incas fueron ocupando nuevas tierras e incorporando a su imperio a la gente que vivía en ellas. Conquistaron grandes pueblos al sur de Cuzco, como el colla y el lupaca, que ocupaban extensos territorios donde no se hablaba el idioma de los incas, el quechua, sino el idioma aymará. También consiguieron vencer al poderoso pueblo de los chancas y a otros
grupos del norte y del este de Cuzco.
Sociedad Inca.
La
sociedad inca se hallaba dividida en dos grandes grupos. Un sector lo conformaban las familias de nobles, que eran consideradas las "más importantes" y tenían privilegios reconocidos por los otros miembros de la sociedad. Los miembros de este
grupo, a su vez, se dividían en dos subgrupos: los que se decían descendientes de quienes habían conquistado y organizado el imperio, y los curacas, gobernantes de pueblos sometidos y sus descendientes, admitidos también como nobles, pero de menor importancia.
Los sectores nobles no tenían la obligación ni la necesidad de trabajar
la tierra.
El otro grupo lo formaba la mayoría de la
población, miembros de los pueblos aliados o sometidos, quienes se encargaban de realizar todos los trabajos necesarios para el
mantenimiento de sus propios pueblos y familias y de la totalidad del imperio.
Entre los incas, los nobles podían tener más de una esposa.
Vivían en palacios con muchas habitaciones, adornadas con lujos, y patios centrales en los que había
fuentes para bañarse. Muchas de estas fuentes disponían de
agua fría y caliente proveniente de los manantiales termales de las montañas. Los nobles de distinguían, también, por la ropa fina que usaban, confeccionada en lana de vicuña, tela que los demás tenían prohibido vestir.
En lo que respecta a su
educación, sus hijos estudiaban con los "amautas", o sabios, que los preparaban para ser los futuros gobernantes, guerreros o sacerdotes del imperio.
En la sociedad inca, los descendientes de un mismo antepasado integraban un ayllu. Cada ayllu tenia un nombre propio y muchas de estas unidades, formaban una
comunidad. El "ayllu real" era el de los nobles.
La Autoridad.
El jefe supremo o
autoridad máxima era el Inca, el "inca único", considerado como un dios vivo: el "hijo del Sol".
Para gobernar y administrar el inmenso territorio que abarcaba el imperio inca, llamado Tawantinsuyu, se lo dividió en cuatro regiones o "suyus". En cada una de ellas, la autoridad era un apo, o jefe, también miembro de la nobleza inca.
Cada región, además, se dividía en provincias o "huamanis", bajo la autoridad de gobernadores o "tutricuts", nombrados por el Inca.
En la sociedad inca, la obediencia al jefe supremo era un
valor fundamental; de allí que existieran
normas para que la desobediencia fuera severamente castigada. Los castigos eran la censura pública, el exilio, la pérdida de
funciones, la tortura y
la muerte. Los incas distinguían los
delitos cometidos por los grupos privilegiados de los cometidos por el resto de la población. Los primeros eran castigados con el ridículo público y la pérdida de funciones, y los segundos, con el exilio y la tortura.
El ejército se hallaba siempre preparado para actuar. Toda la
frontera, especialmente la que lindaba con la selva, estaba fuertemente custodiada por guarniciones militares y fortalezas.
Como se ha señalado, no todos los pueblos enfrentaron a los incas. Algunos prefirieron proponer alianzas en las que juraban fidelidad a las autoridades del imperio. Los incas aceptaban el acuerdo y ofrecían a los jefes aliados importantes regalos, por ejemplo joyas, ropa lujosa,
maíz y otros objetos de valor, como una forma de mostrarles lo conveniente que resultaba mantener una buena relación con ellos.
Los incas casi siempre mantenían en sus puestos a los jefes o "curacas" de los pueblos aliados o vencidos, ya que nadie conocía ni podía manejar a su gente mejor que ellos. No obstante, estos jefes se hallaban bajo las órdenes del gobernador nombrado por el Inca. Una vez al año, todos los curacas principales debían viajar hacia Cuzco para renovar su juramento de fidelidad al Inca.
Cuando los pueblos se resistían a subordinarse, los incas enviaban sus ejércitos y los sometían haciendo uso de la
fuerza. En estos casos, dejaban instaladas guarniciones militares en los territorios conquistados, las que sofocaban todo intento de rebelión y castigaban violentamente a los rebeldes. Las represalias eran muy duras, ya que alzarse contra el Inca era un
delito gravísimo; los cabecillas eran torturados y luego ahorcados o decapitados. Sus cuerpos quedaban colgados a la vista de todos, como advertencia.
Principales Actividades Económicas.
En la sociedad inca, la tierra pertenecía a toda la comunidad y se distribuía entre los ayllus, para su explotación. El Inca otorgaba a cada ayllu el derecho de usar en su beneficio una parte de la
tierra. Cada año, los curacas la repartían entre las diferentes familias, en parcelas cuyo tamaño dependía de la cantidad de miembros, asegurando una
alimentación suficiente para todos.
Las tierras reservadas para los nobles también debían ser trabajadas por el resto de la población, pero, en este caso, tenían la obligación de entregar la cosecha a los funcionarios del imperio, quienes la almacenaban en graneros o colcas. Con esos granos se alimentaba a los nobles y a sus
servidores. Además, si en una región había sequía, plagas de insectos u otros
problemas, y se perdía una cosecha, al año siguiente las autoridades repartían parte de esas semillas a los ayllus para que pudieran realizar una nueva siembra.
Aunque la
agricultura era la actividad más importante, existían también trabajos especializados, como la fabricación de ollas de barro, objetos de metal, joyas o
tejidos.
El
sistema de trabajo.
Formar parte del Tawantinsuyu, y no ser del grupo noble, implicaba la obligación de pagar
tributos, que no eran en especie (es decir, en
productos) sino en
trabajo.
La obligación de trabajar para los nobles podía ser periódica o permanente. Las tareas que se realizaban por turnos se llamaban mitas. La mita tenía una duración variable (el
tiempo que duraba la cosecha o la construcción de un puente, palacio, fortaleza, carretera empedrada o canales de riego) y la cumplían los hombres casados mayores de 18 años y menores de 50. Estas
obligaciones laborales eran controladas por los curacas. Cuando los trabajadores que cumplían con la mita ("los mitayos") terminaban su turno, volvían a sus casas y se dedicaban a sus propias actividades, hasta que les tocara el siguiente turno. Por su parte, el
servicio militar era cumplido por hombres de todos los pueblos del imperio, que enviaban, por turno, una cantidad de soldados para las
guerras de conquista o para la defensa de las fronteras.
En las tierras de los nobles y en sus palacios trabajaban familias traídas por el Inca desde distintos lugares del imperio. A diferencia de los mitayos, se quedaban para siempre en las tierras del Inca y se los llamaba yanas o yanaconas.
Interpretación del mundo.
"Fuera de los incas no existía nada, porque nada debía existir". Así se presentaban los incas, en aquellos tiempos, según sus propios "historiadores" a los pueblos conquistados. Nada se decía de las culturas anteriores a ellos, como tampoco sobre la
historia de los pueblos sometidos.
Los dioses principales de los incas eran
el Sol y su hermana, la Luna. Al dios Sol dedicaron grandes ceremonias, porque de él dependía el
calor, la vida de los hombres y el
desarrollo de todas las cosas vivas. Según señalan sus relatos, el Sol, en figura de un
hombre muy resplandeciente, llamó a Manco Cápac, el mayor de los incas, y le dijo: "Tu y tus descendientes serán señores y deberán sujetar muchos otros pueblos, me tendrán por su padre y se enorgullecerán de ser mis hijos".
Los incas respetaron a los dioses de los pueblos sometidos y a sus lugares sagrados, o huacas, pero impusieron a los suyos como dioses principales.
Para conseguir que el dios Sol y los demás dioses fueran generosos con ellos y los protegieran, realizaban
ofrendas de diferentes tipos. Al Sol, por ejemplo, se le ofrecía maíz, hojas de coca, caracoles, ropa fina (que se quemaba en su honor) y el sacrificio de llamas.
El culto a los antepasados era un aspecto central de la
religión inca. Al morir, los Incas nobles eran momificados y pasaban a ser figuras sagradas llamadas malquis.
Más
datos sobre los incas:
Fue el inca un pueblo de agricultores avanzados: para cada zona desarrollaron una
estrategia que permitía obtener el máximo provecho. Utilizaron andenes o terrazas de cultivo para aprovechar las laderas de los cerros, camellones o waru waru en zonas altas inundables, irrigaciones, etc. Es destacable la existencia de un arado de pie conocido como chaquitaclla. Los cultivos más importantes fueron la papa (patata) y el maíz, además del ají, la chirimoya, la papaya, el
tomate y el frijol. Las llamas fueron los
animales básicos de
transporte; también se domesticaron las vicuñas y alpacas por su fina lana. Otros animales domesticados fueron guanacos,
perros, cobayas y ocas. Las principales manufacturas incas fueron la
cerámica, los tejidos, los ornamentos metálicos y las
armas con bellas ornamentaciones. A pesar de no contar con caballos, ni vehículos de ruedas, ni un sistema de
escritura, las autoridades de Cuzco lograron mantenerse en estrecho contacto con todas las partes del Imperio. Una compleja
red de caminos empedrados que conectaban las diversas zonas de las regiones, permitía esta
comunicación; mensajeros entrenados —los chasquis—actuando en relevos, corrían 402 Km al día a lo largo de esos caminos.
Los
registros de tropas, suministros, datos de población e
inventarios generales se llevaban a cabo mediante los quipus,
juegos de cintas de diferentes
colores anudados según un sistema codificado, que les permitía llevar la
contabilidad. Botes construidos con
madera de balsa constituían un modo de transporte veloz a través de ríos y arroyos.
Agricultura.
La agricultura fue la base de sus
instituciones políticas y fundaba
principios verdaderamente científicos que les permitieron la alianza de la pequeña
propiedad y
el estado productor. El territorio estaba dividido en tres partes: una para el sol, otra para el Inca o soberano y la tercera para el pueblo; las dos primeras se trabajaban colectivamente y sus productos se dedicaban al sostenimiento del culto y de los sacerdotes, los
gastos del imperio y de su soberano; la tercera era para el ayllu y se dividía en parcelas proporcionadas al número de miembros de cada
familia; a cada
matrimonio se le daba la cantidad de tierra que se creía suficiente para su mantenimiento, por cada hijo varón se aumentaba un tanto y mitad por cada hija
mujer; las tierras de los ancianos, las viudas, los enfermos y los soldados en servicio eran cultivadas también colectivamente. El Inca mismo daba el ejemplo del trabajo en un día especial y rompía la tierra con una especie de arado de
oro.
Caza y Pesca.
Sus armas eran la honda, la macana y la boleadora. La cacería de la vicuña estaba reglamentada; la vicuña es un poco más pequeña y su vellón más corto que la llama. No era permitido cazarla sino una vez al año y en el mismo sitio. Armados con palos y lanzas formaban miles de cazadores un círculo inmenso que iba estrechando hasta recoger a todos los animales en una llanura; allí mataban a los machos, les sacaban las pieles y la carne era cortada en tajadas muy delgadas. Las vicuñas eran esquiladas y la lana era depositada en los
almacenes reales, de donde las más finas se destinaban para los vestidos del Inca y la otra se repartía al pueblo.
Domesticación de animales: Los incas criaban llamas, alpacas, conejillos de indias, perros y patos.
Industrias: La textilería, la metalúrgica y la alfarería fueron las principales artes industriales de los incas.
Metales: Todas las minas pertenecían al emperador, y el metal que de ellas procedía se guardaba con mucho celo. El oro y la plata se enviaban directamente al Cuzco, y si alguien era sorprendido dejando la ciudad con estos
metales, era severamente castigado.
Comercio: Los incas no formaban un pueblo mercantil, ni sabían lo que era
el dinero. Para los cambios de productos con los países vecinos se celebraban ferias en los confines del imperio.
Escritura y literatura.
Los incas no tuvieron escritura propiamente dicha. Su manera de escribir era el quipu, conjunto de cuerdas, unas largas principales, de las cuales colgaban otras más pequeñas. El sistema consistía en una especie de soga pequeña de la que colgaban varios hilos. En esos hilos se hacían nudos de distintos tamaños y colores, que, según estuvieran más juntos o más separados, tenían significados diferentes. No todo el mundo sabía descifrar el quipu: los quipucamayoc eran los especialistas encargados de hacerlos, leerlos y guardarlos. Los hijos de los nobles aprendían en la
escuela la lectura de quipus. Por medio de los quipus se podía saber, por ejemplo, que asuntos importantes habían pasado durante el
gobierno de un antiguo Inca, cuanta gente vivía en un pueblo, cuanto maíz o unidades de otros
alimentos había en los depósitos.
En las provincias había cronistas encargados de consignar hechos importantes, que se transmitían por relación oral con la ayuda de los quipus para ordenación de los sucesos. De todos modos estaba muy lejos de poseer la escritura jeroglífica y pictórica de los
aztecas.
También tenían haravecs, poetas y "inventores", que componían canciones para las fiestas reales, especialmente para ser cantadas en las comidas.
Calendario.
El calendario incaico se basaba en los cambios de las estaciones y en los movimientos de las estrellas.
El emperador Pachacuti hizo construir unas torres en las colinas que rodeaban el Cuzco para que la gente, observando la altura del sol entre las torres, supiera cual era el tiempo correcto para sembrar su cultivo.
Para los campesinos el año comenzaba con la siembra, pero según el calendario oficial, el año se iniciaba el 21 de Diciembre, día en que se celebraba uno de los grandes festivales dedicados al Sol.
Caminos.
Las rutas eran largas y rectas; por lo común estaban pavimentadas o bien empedradas. Estas
redes llegaban hasta los
límites del imperio. En los desiertos, el camino se marcaba solo con postes. En las regiones altas, los caminos subían y bajaban constantemente por las laderas de las montañas, en algunos tramos demasiado empinados, se construían escalones para ser el paso más fácil. En los valles se levantaban muros bordeando las rutas y se acostumbraban a decorarlos con pinturas.
Conocimientos Científicos.
El nivel intelectual de los Incas fue inferior al de
los Mayas y Aztecas. Los especialistas o sabios alcanzaron algunos conocimientos notables de
matemáticas y
astronomía.
En matemáticas poseían un sistema de pesos y balanzas de plata, medidas de longitud de superficies y de
volumen arregladas con la mayor exactitud, de las cuales se han descubierto algunos ejemplares en los sepulcros.
Organización Política.
Los incas crearon un extenso imperio unificado
política y culturalmente. El régimen era totalitario pues el
estado intervenía en todo, aun en asuntos personales como el matrimonio.
Las expresiones artísticas.
Entre las expresiones artísticas más impresionantes de la civilización inca se hallan los templos, los palacios, las obras públicas y las fortalezas estratégicamente emplazadas, como Machu Picchu. Enormes edificios de mampostería encajada cuidadosamente sin argamasa, como el Templo del Sol en Cuzco, fueron edificados con un mínimo de equipamiento de
ingeniería. Otros logros destacables incluyen la construcción de puentes colgantes a base de sogas (algunos de casi cien metros de longitud), de canales para regadío y de acueductos. El bronce se usó ampliamente para
herramientas y ornamentos.
La religión.
La religión tuvo un
carácter de gran formalidad. El dios supremo de los incas era Viracocha, creador y señor de todas las cosas vivientes. Otras grandes deidades fueron los dioses de la creación y de la vida, Pachacamac, del Sol, Inti (padre de los incas), y las diosas de la Luna, Mamaquilla, de la Tierra, Pachamama, y del rayo y la lluvia, Ilapa. Las ceremonias y rituales incas eran numerosos y frecuentemente complejos, estaban básicamente relacionados con cuestiones agrícolas y de
salud, en particular con el cultivo y la recolección de la cosecha y con la curación de diversas
enfermedades. En las ceremonias más importantes se sacrificaban animales vivos y raramente se exigía la realización de sacrificios humanos como ofrenda a los dioses. Los incas produjeron un rico corpus de folclore y
música, del cual sólo perviven algunos fragmentos.
Costumbres.
La vida del emperador.
Cuando un nuevo emperador comenzaba su reinado, se celebraba una gran ceremonia pública en la cual el monarca se colocaba una vincha que señalaba su nuevo rango. Esta vincha tenía unos 10 cm de ancho y estaba adornada con canutillos de oro y borlas rojas; además se le agregaban dos plumas de algún pájaro exótico.
Las vestimentas y adornos del emperador seguían la misma línea de los que usaba el resto de la población, pero la diferencia consistía en que eran más ricas y refinadas, las ropas las confeccionaban exclusivamente para él las "mujeres escogidas". Los adornos de oro que usaba el monarca en las orejas eran más grandes y de mejor
calidad que los que llevaban otros nobles.
El monarca visitaba todos los puntos del imperio tan frecuentemente como podía. Se construían unas casas especiales a lo largo del camino por donde él debería pasar, de modo que tuviera lugares cómodos para hospedarse. Al igual que su pueblo, el monarca dormía en el
suelo, pero sobre un acolchado de
algodón y cubierto con mantas de excelente calidad.
Cuando moría el emperador, alguna de sus esposas y sirvientes se ofrecían para seguir a su señor al otro mundo. Entonces se celebraba una fiesta, se bebía en abundancia y luego se los estrangulaba. El cuerpo del emperador recibía un tratamiento especial para su preservación, y después era envuelto cuidadosamente en finas telas. La "momia" era cuidada y servida del mismo modo y con el mismo
respeto que si se tratara de una
persona viva.
Una vez por año, en el Gran Festival del Sol, se realizaba una procesión en la cual se acarreaban
las momias de todos lo emperadores.
La vida del Puric.
Vestimenta inca:
Mujeres: vestido largo, atado a la cintura por una faja, un manto que se echaba sobre los hombros y sandalias.
Hombres: vestían un taparrabo, una túnica sin mangas llamada uncu, y un manto y sandalias similares a las de las mujeres.
Los
niños incas eran educados según el papel que habrían de jugar en la sociedad cuando fuesen adultos. A los varones, al cumplir los 14 años se les ponía por primera vez el taparrabo. Esta ceremonia era muy especial entre los nobles pues ese día se organizaba una peregrinación al valle de Cuzco, los sacerdotes sacrificaban llamas y embadurnaban la cara del homenajeado con
sangre del mismo animal. Luego se vestía al muchacho como un guerrero y se le hacia jurar fidelidad al Inca. A partir de ese momento su educación se orientaba según el puesto que le estaba otorgado: como administrativo, como sacerdote o como guerrero.
Las niñas (en la pubertad) eran acompañada de una ceremonia llamada el "peinado de cabello", en la cual también recibían un nombre permanente.
Las mujeres casi siempre dependían de los hombres, salvo cuando, como viudas, encabezaban una familia. Una peculiar institución al respecto era la de las acllas o mujeres escogidas. Agentes imperiales las seleccionaban en todas las clases de sociales, desde muy niñas, por su mayor vivacidad o belleza; incluso miembros de la aristocracia entraban en este número. La idea era que iban a ser dedicadas a los dioses, y de hecho se las recluía en grandes edificios. En el "convento" aprendían a hilar y tejer, y también a cocinar con delicadeza. Dentro de esos edificios había categorías, y por cierto las mujeres de origen noble recibían mejor trato que las otras.
Podía llegar a haber mil o dos mil reclusas en este tipo de instituciones, especialmente la de Cuzco, que estaba sobre la plaza principal y tenia un gran prestigio.
El inca usaba las acllahuasis como reserva de mujeres para ofrecer en matrimonio a curacas locales, y a veces hasta enemigos con quien transar una paz. La mayor parte de las reclusas, después de varios años, terminaban sus días de esta manera. Otras, quedaban en el monasterio como mamaconas, fieles a su virginidad y dedicadas a instruir a las mas jóvenes. Cuando se derrumbó el imperio muchas se fugaron.
Mitología Inca.
En un ligero pero muy bien dotado adjetivo, podríamos decir que la religión incaica fue en un principio "sencilla". Sólo adoraban a Viracocha que ellos denominaban "dios creador" y unos pocos mas como: Inti, Mama Quilla, Pacha Mama, Pachacamac, etc. que ahora veremos.
A estos dioses los incas rendían cultos y sacrificios, al igual que en otras mitologías, algunos dioses se repetían o eran llamados igual en distintas provincias del pueblo inca. Más tarde todos estos dioses se unificaron y formaron el que se denomina verdadero panteón inca de divinidades.
Viracocha también llamado Illa Viracocha Pachayachachi, era considerado como "el esplendor originario" o "El Señor, Maestro del Mundo", en realidad fue la primera divinidad de los antiguos Tiahuanacos, que provenían de Titicaca, y al igual que su homónimo el dios Quetzalcoatl, surgió de las aguas, creó el cielo y la tierra y la primera generación de gigantes que vivían en la oscuridad. El culto al dios creador suponía un
concepto de lo abstracto y de lo intelectual, y estaba destinado sólo a la nobleza. Viracocha, al igual que otros dioses, tenía un compañero alado, el Pájaro Inti, una especie de pájaro mago, gran sabedor de maravillosas cosas e incluso de los acontecimientos futuros.
Estaban también el dios Inti (El Sol) llamado el "Siervo de Viracocha", el cual ejercía la
soberanía actual en el plano divino. Existía también dentro del mismo plano el Emperador llamado "Hijo de Inti" o "Hijo del Sol" que reinaba sobre los hombres. Inti era la divinidad popular más importante, y se adoraba en múltiples santuarios. A él se le rendían ofrendas de oro, plata y ganado, así como las llamadas "Vírgenes del Sol".
La hermana de Inti era Mama Quilla (Madre Luna) y madre del firmamento, de ella se tenía una estatua en el Templo del Sol, en el que una Orden de Sacerdotisas le rendía culto. Extendiéndose dicha orden a lo largo de toda la costa.
También estaba Pacha Mama (La Madre Tierra) la cual tenía un culto generosamente extendido a lo largo de todo el Imperio, ya que era la encargada de propiciar la fertilidad en los campos.
Por último estaban también Pachacamac que en realidad era una reedición de Viracocha, el cual era venerado en la Costa Central. Mama Sara (Madre Maíz) y Mama Cocha (Madre del Mar) fueron también ampliamente veneradas.
Los Incas creían que si el espacio horizontal estaba dividido en dos partes, y cada una de ellas subdividida en otras dos, el mundo aparecía compuesto por tres planos: Hana Pacha (el mundo de arriba), Kay Pacha (el mundo de aquí) y Ucu Pacho o Urin Pacha (el mundo de abajo). La palabra Pacha significaba a la vez "tiempo" y "espacio".
Surgieron con el tiempo unos
mitos. Estos procedentes de Cuzco decían que el dios Viracocha había dividido al mundo en cuatro partes: Chinchaysuyu (al oeste), Collasuyu (al este), Antisuyu (al norte) y Cuntisuyu (al sur). Después ordenó salir a los hombres de las cuevas, de las fuentes, del subsuelo, y el siguiendo el camino del Sol, se perdía en el océano y quedaba después en el cielo.
A todo esto los mitos nos hablan de una dualidad cielo - tierra, y su forma de comunicación e
interacción eran el rayo, el arco iris y la serpiente. Los sacerdotes eran los encargados de los rituales para comunicar a los dioses con los humanos. Y el Inca era un punto de comunicación entre los planos del mundo, ya que él era Hijo del Sol.
La conquista del Imperio Incaico.
En 1523 habían llegado a
Panamá las primeras
noticias sobre la existencia de un Estado rico y poderoso en el sur: el Imperio Inca. Para conquistarlo los españoles organizaron una expedición de 180 hombres, al mando de Francisco Pizarro.
Al llegar al territorio inca, Pizarro supo que, tras la
muerte del emperador, sus dos hijos habían iniciado una guerra para resolver quien sería su sucesor. Al poco tiempo de que los españoles se instalaran en la costa del imperio, uno de los dos hermanos, Atahualpa, logró imponerse.
Pizarro trazó un
plan semejante al de Cortés y emprendió con sus hombres un viaje por los valles andinos con el
objetivo de apresar al Inca, que estaba en la ciudad de Cajamarca, al norte de Perú. Lo logró en 1532.
Para liberar a Atahualpa, los españoles exigieron a los incas la entrega de una inmensa cantidad de oro y la promesa del Inca de convertirse al catolicismo. Atahualpa aceptó las condiciones y cumplió con lo pactado. No obstante, Pizarro decidió "juzgarlo" y condenarlo a muerte.
Luego de la ejecución de Atahualpa y para afianzar su autoridad, los españoles nombraron un nuevo Inca, Manco Cápac, y en 1535 se instalaron en la ciudad de Cuzco, centro del imperio.
Como esta se hallaba en la sierra, decidieron fundar sobre la costa la ciudad de Lima, hoy capital del Perú.
A pesar de su triunfo, los conquistadores no pudieron impedir que continuaran algunos focos de
resistencia indígena. Manco Cápac logro huir con su gente y resguardarse en la sierra, desde donde resistieron por más de cuarenta años la conquista española, logrando reconstruir su mundo en algunas ciudades.